TEMA
5: EL SECTOR PRIMARIO. LOS ESPACIOS AGRARIOS.
1. Los espacios agrarios.
El sector
primario comprende las actividades económicas dedicadas a
obtener recursos directamente de la naturaleza, como la agricultura, la ganadería, la explotación forestal y la pesca. La
minería se introduce en el sector secundario al tener mucha relación con la
industria.
Los conceptos de espacio agrario y espacio rural no
significan lo mismo.
- El espacio
agrario incluye solo el territorio concreto donde se
practican las actividades agrarias. Comprende, por tanto, las tierras cultivadas, los pastos,
las praderas y los bosques.
- El espacio
rural incluye todo el espacio «no urbano» entendido como lugar
donde se establece una ciudad (Más de 10.000 habitantes y con predominio
de actividades industriales y de servicios). Comprende, por tanto, el
espacio agrario y aquellas tierras donde se instalan otras actividades que
hasta hace poco eran más propias de la ciudad, como zonas de ocio, centros
comerciales, urbanizaciones, fábricas, etc.
Dentro del sector primario son mayoritarias las
actividades agrarias, que incluyen la agricultura, la ganadería y la
explotación forestal.
- La agricultura se
dedica al cultivo de la tierra para obtener vegetales. Proporciona alimentos
para las personas (trigo, productos de huerta, denominada también
horticultura), forrajes para el ganado (maíz, alfalfa) y materias primas
para la industria (lino y algodón).
- La ganadería se
dedica a la cría de animales para su aprovechamiento por los seres
humanos. Esta actividad proporciona alimentos (carne, leche, huevos),
abono, materias primas para la industria (cuero, lana) y, en ciertos
casos, fuerza de trabajo.
- La explotación forestal o silvicultura consiste en el
aprovechamiento de los bosques. Proporciona alimentos (frutos, setas) y
materias primas para ciertas industrias (mueble, papel).
Las actividades agrarias ocupaban, en el año 2015, al
36,5 % de la población mundial. No obstante, existen grandes contrastes entre
países.
- En los países más atrasados,
suelen emplear a más del 50%
de la población y aportan más del 10 % de la riqueza nacional. En
algunos países, localizados sobre todo en el África subsahariana, estas
actividades ocupan a más del 80 % de la población y proporcionan más del
50 % de la riqueza.
- En los países más avanzados,
en cambio, las actividades agrarias son minoritarias, ya que ocupan a
menos del 10% de las personas y representan una escasa proporción en la
riqueza de los países. Generalmente, menos del 4 % del Producto Interior
Bruto (PIB).
2. La actividad
agraria. Los factores físicos
Las actividades agrarias tienen una gran dependencia de la naturaleza. Por eso,
están muy condicionadas por factores físicos o naturales como el clima, el relieve, y el suelo, entre otros.
El clima.
Cada planta necesita unas determinadas horas de sol y
tolera unos valores máximos y mínimos de temperatura, precipitaciones y viento.
Por eso, la agricultura es imposible en zonas con temperaturas inferiores a 0
ºC o superiores a 45 ºC, y en zonas con sequía muy acusada o con vientos muy
fríos o muy cálidos.
Además, cada cultivo se adapta mejor a ciertas condiciones climáticas. Unos son más
exigentes en humedad, como el maíz y el arroz; otros soportan mejor el frío,
como la patata, y otros precisan de elevadas temperaturas, como la caña de
azúcar y el café.
El relieve
Los agricultores prefieren cultivar en las llanuras y
en los fondos de los valles. En cambio, evitan los relieves montañosos, porque las pendientes erosionan el suelo;
dificultan el trabajo y la mecanización, y obligan a realizar en las laderas terrazas o bancales, es decir, rellanos
horizontales que se adaptan al relieve. Además, a partir de cierta altura, las
bajas temperaturas impiden el desarrollo de los cultivos.
En cambio, la ganadería, la explotación forestal y
ciertos cultivos, como los arbóreos y los arbustivos, se adaptan mejor a los relieves montañosos.
El suelo.
El suelo es la capa superficial de la corteza
terrestre, y su estructura influye en la actividad agraria. El suelo y sus
características físicas y químicas condicionan notablemente los cultivos, pues
los minerales que contienen aportan los nutrientes necesarios a las plantas.
La característica del suelo más destacada es el espesor, ya que los suelos
profundos con horizontes o capas bien desarrollados suelen ser más fértiles que los delgados. Los suelos muy ácidos o
muy básicos son tóxicos para las plantas. La vegetación sujeta el suelo,
evitando su erosión y desertificación. La vegetación también condiciona en
parte ciertas actividades agrarias, como la explotación forestal y la
ganadería.
Partes
del suelo.
La
roca madre, que constituye la base del suelo, se
disgrega en fragmentos más pequeños (roca
fragmentada y suelos superficiales)
que aportan los nutrientes minerales a las plantas.
La capa más superficial
del suelo, o humus, está constituida por materia orgánica en
descomposición procedente de los vegetales y animales muertos. Esta capa es
esencial para la fertilidad del suelo, ya que aporta elementos básicos para la
nutrición de las plantas, como nitrógeno y fósforo.
3. Los
factores humanos
La actividad
agraria depende también de factores humanos, como la población, el nivel
tecnológico, la organización económica y social, y la política agraria. Desde
la antigüedad, el aumento de la población ha llevado a incrementar la
superficie dedicada a cultivos y pastos, con la consiguiente deforestación o reducción
de la vegetación natural.
La población.
En la
actualidad, las altas densidades
demográficas provocan que el espacio agrario se aproveche al máximo,
ocasionando a veces su sobreexplotación o explotación
excesiva. Las bajas densidades
demográficas, en cambio, pueden
favorecer el abandono de ciertos cultivos y el incremento de la degradación
medioambiental de la tierra.
El nivel tecnológico alcanzado por una sociedad
condiciona el instrumental y las técnicas agrícolas utilizadas:
·
El instrumental
agrario usado
por los campesinos es muy variado. En las sociedades tradicionales se
emplean instrumentos muy primitivos, como el palo cavador, la azada, la hoz y
el arado. En las sociedades avanzadas, en cambio, se utilizan
útiles modernos, como tractores, cosechadoras, ordeñadoras, etc.
·
Las técnicas
agrícolas también
son distintas. En las sociedades tradicionales se
cultiva hasta agotar el suelo; se deja parte de la tierra sin cultivar, o se
usan abonos naturales para recuperar la fertilidad del suelo. En las sociedades avanzadas se
usan abonos químicos; se riegan los cultivos con sistemas avanzados; se emplean
productos fitosanitarios contra las plagas; se resguardan los cultivos en
invernaderos; se seleccionan las especies vegetales y ganaderas, etc.
·
La economía
agraria se
refleja en la variedad de la producción. Así, las economías de
subsistencia producen solo para cubrir las necesidades alimenticias,
cultivan varios productos o los combinan con la cría de ganado. Las economías
de mercado, en cambio, producen para vender y tienden a especializarse en
un cultivo o un ganado.
·
La organización
social repercute en la actividad agraria a
través de la propiedad, que puede ser privada o colectiva; y de
la explotación o trabajo de la tierra, que es directa si
el propietario la trabaja él mismo o con asalariados, e indirecta si
el propietario cede su explotación a otra persona en arrendamiento o en aparcería (a cambio de una parte de la cosecha).
·
Las políticas
agrarias puestas
en marcha por los gobiernos también influyen sobre las actividades agrarias.
Las más habituales son las reformas agrarias para conseguir un reparto más equilibrado de la propiedad,
y las políticas dirigidas a incrementar
la modernización y la competitividad.
4. El paisaje
agrario y sus elementos
Las actividades agrarias transforman el medio natural
a lo largo del tiempo, dando lugar a los paisajes agrarios. Estos paisajes son
muy diferentes unos de otros. No obstante, todos están compuestos por dos
elementos: el espacio habitado
y el espacio trabajado para
obtener productos agrarios.
El
espacio habitado por las personas que trabajan en el campo
o viven de él se diferencia de otros paisajes humanizados por el poblamiento y
el hábitat agrario:
1.
El
poblamiento es la forma en la que la población
agraria se distribuye en el espacio. Responde a tres modalidades: disperso, concentrado e intercalar. En
el poblamiento disperso, las viviendas de los agricultores están separadas unas
de otras y rodeadas por tierras de labor. En el concentrado, las viviendas se
agrupan en un pueblo o aldea. Y en el intercalar, existen unas viviendas
agrupadas y otras aisladas.
·
2.
El
hábitat incluye las viviendas y las dependencias
agrarias, como graneros, establos, bodegas, etc. Estas construcciones se
realizan tradicionalmente con los materiales del entorno.
El
espacio dedicado a las actividades agrarias se organiza en parcelas, las divisiones más elementales de la superficie
agraria. Se separan unas de otras por linderos, y se diferencian entre sí por
su tamaño, forma, límites y dedicación.
·
Según su tamaño, las parcelas pueden ser pequeñas (menos de 10 hectáreas),
medianas (entre 10 y 100 hectáreas) o grandes
(más de 100 hectáreas).
·
Según su forma, pueden ser regulares o irregulares.
·
Según sus límites, pueden ser abiertas (si se separan unas de otras
por simples surcos o mojones de señalización) o cerradas (si están cercadas por setos, árboles o vallas).
·
Según su dedicación o uso, pueden ser agrícolas, ganaderas o forestales.
5. La
agricultura. Diversidad y tipos.
La agricultura es en la actualidad una actividad muy
diversa, pues incluye una gran variedad
de cultivos (herbáceos, arbustivos y arbóreos) y de sistemas para obtenerlos.
Los sistemas de cultivo son los procedimientos o técnicas empleados por los agricultores
para obtener los productos agrarios. Se suelen clasificar atendiendo a
distintos criterios:
·
La variedad de cultivos.
Se habla de monocultivo cuando
las parcelas se dedican a un solo tipo de cultivo, y de policultivo cuando
se dedican a varios.
·
El agua que reciben las plantas.
Los cultivos son de secano si reciben solo el
agua de lluvia; o de regadío,
si el agricultor les aporta agua adicional procedente de ríos, pozos o fuentes.
El regadío requiere cuantiosas inversiones en infraestructuras por parte
de los agricultores; esto explica que, especialmente en las zonas secas, se
limite a cultivos que alcanzan un alto valor en el mercado.
·
El modo de ocupación del suelo.
Puede darse el cultivo
continuo de la tierra, sin dejarla
descansar; o la rotación,
consistente en la sucesión regular de cultivos en las parcelas.
·
El aprovechamiento de la tierra.
La agricultura puede ser intensiva, si la tierra se aprovecha al máximo; o extensiva, en caso contrario. En
los dos casos, los rendimientos o producción por superficie pueden ser altos o bajos, ya que dependen de las inversiones
de capital realizadas y de la tecnología empleada.
Según los sistemas de cultivo empleados y el destino
de la producción agraria se distinguen dos tipos de agricultura:
- La
agricultura tradicional. Es aquella que
destina la mayor parte de la producción a la alimentación del campesino y de su familia. También se
conoce como agricultura de subsistencia o autoconsumo.
- La
agricultura evolucionada. Es aquella cuya
producción se orienta a la venta en
el mercado nacional o internacional; por eso, se conoce también como agricultura de mercado. En la
actualidad existen dos modalidades:
a)
La agricultura productivista.
Es la más extendida desde la década de 1940, y su objetivo es la producción en
masa de productos agrícolas. Para conseguirlo, usa productos químicos,
fertilizantes inorgánicos y maquinaria, y aplica los avances de la
biotecnología, como semillas transgénicas. Se intensa sacar el máximo beneficio
con el mínimo coste.
b)
La agricultura ecológica.
Se ha difundido desde la década de 1990, y busca obtener productos saludables sin perjudicar el medio natural. Para ello,
utiliza abonos orgánicos y la rotación de cultivos autóctonos.
6. La agricultura.
Sistemas agrarios tradicionales
La agricultura tradicional
utiliza una tecnología atrasada y emplea
mucho trabajo y mano de obra. La producción
es escasa y se destina al autoconsumo. Este tipo de agricultura
es propia de espacios con bajo nivel de desarrollo de África, el sureste asiático y América Latina principalmente.
Se localiza en
las zonas de clima ecuatorial y tropical
húmedo de África, América Central y del Sur y, en menor medida, de Asia
donde los climas se adaptan a productos de autoconsumo. El mercado de estos
monocultivos está controlado por las grandes multinacionales.
Tipos:
El paisaje agrario de rozas está
formado por parcelas irregulares, abiertas en las selvas o junglas tras
«rozar» o talar los árboles y quemarlos junto a la maleza. En ellas se practica
un policultivo de cereales y otros productos destinados al autoconsumo, como
sorgo, mijo, maíz, mandioca, ñame, batata, etc. El suelo se
cultiva de forma continua, por lo que se agota en dos o tres años. Entonces, el
agricultor se traslada a otro lugar y repite el proceso. Se localiza en
las áreas tropicales de sabana de África y en ciertas zonas de América del Sur
y de Asia.
El paisaje agrario de policultivos se
compone de huertas de cultivo. Las huertas se sitúan próximas a las viviendas y
se fertilizan con basuras y abono animal. Esto permite el cultivo continuo de
hortalizas, maíz o judías. Las tierras de los alrededores de la aldea se
dividen en tres partes u hojas de cultivo, en las que rotan un cultivo
principal (mijo o maíz), otro complementario (cacahuete o tubérculos) y
barbecho, donde el ganado abona la tierra con sus excrementos. Con este
sistema, el suelo no se agota, lo que permite el asentamiento
permanente de la población. Se localiza en la zona de clima
tropical monzónico del sur y sureste de Asia, en países como China, Vietnam,
Camboya o Filipinas.
El paisaje agrario de arrozal,
situado en las llanuras aluviales y los deltas de los ríos. Se dedica al
cultivo del arroz en pequeñas parcelas inundables, separadas por diques. Las
técnicas de cultivo son muy minuciosas. Primero se siembra el arroz en un
plantel abonado. Mientras crece, las parcelas se aran, se abonan y se inundan.
Cuando la planta ha crecido, se trasplanta al arrozal. Y cuando empieza a
madurar se elimina el agua, se cosecha, se trilla y se recoge. Se utilizan
técnicas tradicionales y mucha mano de obra. Este sistema permite una
producción continua, con dos o tres cosechas anuales.
7. La
agricultura. Sistemas agrarios avanzados.
Características y localización
La agricultura productivista utiliza los avances tecnológicos (abonos,
fertilizantes, herbicidas, pesticidas), la
mecanización y los avances científicos para obtener altos rendimientos con poca
mano de obra. La producción agraria es masiva, y se especializa en los
productos más adecuados al medio físico o en los más rentables para la venta en
el mercado.
Esta agricultura es propia de ciertas áreas de los Países
Nuevos (Australia, Canadá, Nueva Zelanda), de algunas costas tropicales, y de
Europa.
La
agricultura de los Países Nuevos: Se localiza en
América y Australia, en los países que fueron colonizados por europeos durante
las épocas moderna y contemporánea. El paisaje agrario se
organiza en parcelas de gran tamaño y
forma regular, pertenecientes a agricultores muy preparados o a grandes
empresas multinacionales. En ellas se cultivan productos especializados en
función del clima. Es el caso de los belts o cinturones de cultivo de Estados
Unidos especializados en trigo, maíz, tabaco, o algodón.
El uso de técnicas avanzadas permite
una producción masiva destinada al mercado internacional.
La
agricultura de plantación: Se
localiza en las áreas costeras de clima tropical húmedo de América
Central y del Sur; en el sureste de Asia, y el golfo de Guinea, en África. El paisaje
agrario se caracteriza por
enormes parcelas, de un solo
cultivo, pertenecientes por lo general a empresas multinacionales de países desarrollados. En ellas se
cultivan productos de gran demanda en los países ricos, tanto alimenticios
(banana, piña, café, cacao , caña de azúcar) como industriales (caucho,
algodón, tabaco, aceite de palma). El uso conjunto de técnicas avanzadas
(semillas seleccionadas, abonos, plaguicidas aplicados desde aviones, etc.), y
de abundante mano de obra asalariada,
barata y mal pagada, necesaria para
algunas tareas, permite una producción en masa y barata orientada al mercado
internacional.
La agricultura ecológica u orgánica
utiliza técnicas respetuosas con el medio ambiente, por lo que
no emplea productos químicos de síntesis. Por eso, recurre a los abonos
orgánicos y a la rotación de cultivos para evitar el desgaste del suelo, y
combate las plagas mediante métodos naturales. Estas técnicas requieren más
trabajo que la agricultura productivista y proporcionan una producción moderada
y más cara; pero más variada y de mayor calidad. Se destina a un creciente
número de consumidores verdes, dispuestos a pagar más por este tipo
de productos, localizados sobre todo en América
del Norte y en Europa. En 2012, la agricultura ecológica ocupaba 37,4
millones de hectáreas (0,9 % del total mundial), pero está creciendo en todos
los continentes. Sus cultivos más representativos son los
cereales, el café, el olivo y el cacao.
8. La
ganadería. Formas de explotación y modelos.
En la actualidad, la ganadería o cría de animales es
también una actividad muy diversificada, pues incluye diferentes especies ganaderas (bovino, ovino, caprino, porcino y
avícola), distintos sistemas ganaderos
(extensivos e intensivos), y diversos
tipos de ganadería (tradicional, productivista y ecológica).
Los sistemas o procedimientos empleados para criar el
ganado permiten diferenciar entre ganadería extensiva e intensiva.
- En la ganadería
extensiva, el ganado pasta al aire libre
en grandes extensiones. Por tanto, requiere escasas inversiones en mano de
obra y capital. En unas ocasiones, es complementaria de la agricultura,
proporcionando a los agricultores alimentos, fuerza de trabajo y abono. En
otras, es la actividad dominante, sobre todo en zonas con características
naturales desfavorables para el cultivo. Se da tanto en países ricos como
pobres.
- En la ganadería
intensiva, el ganado se refugia en
establos (estabulada) y
se alimenta total o parcialmente con piensos. Por eso, exige elevadas
inversiones en instalaciones, selección de razas, tecnología, alimentación
y cuidados veterinarios. Se da más en los países desarrollados.
La ganadería tradicional es extensiva. En general,
responde a dos modelos: el nómada y el trashumante.
- En
la ganadería
nómada, el ganado se desplaza continuamente en busca de
pastos. Es característica de pueblos que viven en los bordes de los
desiertos, como los tuareg del Sáhara y los beduinos de la península
arábiga.
- En
la ganadería
trashumante, el ganado se desplaza estacionalmente
entre pastos de invierno y de verano. Es propia de algunas regiones
montañosas de América, Asia y el norte de África.
- La ganadería productivista busca
obtener la máxima producción para venderla en el mercado. En
unos casos es extensiva, y cría al aire libre
enormes cantidades de ganado; es el caso de los ranchos norteamericanos y
australianos o de las estancias de la Pampa y de la Patagonia argentinas. En
otros, es intensiva y cría ganado estabulado
alimentado con piensos, seleccionado genéticamente, con cuidados
veterinarios y tareas mecanizadas: control informático de la alimentación,
ordeño mecánico, etc.
- La ganadería ecológica es
respetuosa con el medio ambiente y con el bienestar animal. Por eso,
emplea sistemas semi-extensivos; no alimenta al ganado con piensos; no
utiliza la estabulación permanente ni estimuladora del crecimiento; limita
a lo imprescindible la medicación y cría razas autóctonas. La producción
resultante es moderada y más cara, pero de alta calidad.
9. La explotación
forestal.
La superficie forestal
de la Tierra era, en 2012, de unos 40,3 millones de km2; es decir, alrededor
del 30 % de la superficie terrestre.
En este amplio espacio, y adaptados a las distintas condiciones climáticas,
existen diferentes tipos de bosques.
- Los bosques ecuatoriales y
tropicales húmedos se localizan en la zona cálida.
Están constituidos por árboles altos, de madera dura, y cuentan con muchas
especies entremezcladas. Por eso, es necesario deforestar enormes
superficies para explotar las especies más rentables, como la caoba, el ébano y la teca.
- Los bosques templados se
extienden por las latitudes medias. Están compuestos por árboles menos
altos, que aparecen reunidos formando masas homogéneas. Los más rentables,
como el roble, el haya o el castaño,
fueron muy explotados en épocas pasadas. En la actualidad, han sido
sustituidos en ocasiones por especies no autóctonas de mayor rentabilidad
económica, como el pino o el
eucalipto.
- Los bosques boreales o
de taiga crecen en las latitudes
altas de la zona templada. Son bosques densos constituidos por pocas
especies, generalmente de madera blanda. Entre ellas predominan las
coníferas, como el pino, el abeto y
el abedul.
El aprovechamiento principal del
bosque es la madera de los árboles, empleada en la
construcción y en la fabricación de
muebles. Pero el bosque también suministra alimentos (frutos, caza, hongos); combustible (leña), y productos
para la industria, como caucho, corcho, resina, celulosa, papel,
productos farmacéuticos y perfumes.
Los bosques cumplen también importantes funciones
medioambientales, ya que consumen
CO2 de la atmósfera, colaborando así a mitigar el calentamiento climático; aportan humedad a la atmósfera;
protegen al suelo de la erosión, y albergan
una rica biodiversidad vegetal y animal. Además, tienen una función
paisajística y económica, y son espacios
de ocio y recreo para la población.
La explotación incontrolada de las masas boscosas del
mundo ha conducido a una grave deforestación. Así, desde 1950 la
Tierra ha perdido casi un tercio de la
superficie forestal, y el bosque tropical se ha reducido a la mitad.
Por este motivo, la ONU promueve acuerdos
internacionales para proteger los bosques. Entre las medidas adoptadas en
dichos acuerdos destacan el control de
las talas para asegurar su sostenibilidad; la reforestación; el
reciclaje de los productos de la madera, protección contra incendios y la valorización de sus recursos para
fomentar su cuidado por la población.
10. La pesca. La
utilización del mar
La pesca es la actividad destinada a obtener productos del mar. Proporciona alimentos
a las personas, y materias primas a
la industria, como conservas, congelados, aceites, harinas, fertilizantes, etc.
Las zonas del mar donde la pesca es especialmente abundante reciben el nombre
de caladeros.
Los sistemas
o procedimientos de pesca utilizados en la actualidad son muy variados,
lo que obliga a realizar varias clasificaciones:
- Según
el lugar donde se practica y su duración, se
distingue entre pesca de bajura, próxima al litoral y
diaria; de altura, alejada de la costa y de días
o semanas de duración; y de gran altura, realizada en
alta mar durante varios meses.
- Según
el nivel de desarrollo tecnológico de las embarcaciones,
puede ser artesanal o industrial.
o La pesca
artesanal utiliza barcos pequeños, tecnología tradicional y escasa
mano de obra, por lo que la producción es reducida y se destina al mercado
local.
o La pesca
industrial utiliza barcos-factoría de gran tamaño, tecnología moderna
(radar, sónar) y numerosa mano de obra, por lo que la producción es abundante y
se destina a la comercialización en el mercado nacional o mundial.
Los problemas pesqueros principales
son tres: la sobrepesca, que provoca el agotamiento de los recursos
marinos; la contaminación del mar, que los deteriora, y la
dificultad creciente de acceso a los caladeros de otros
países, tras el reconocimiento en 1982 de una zona exclusiva de pesca de 200
millas náuticas (370 km) frente a la costa de cada país.
Las políticas pesqueras de los países
y los organismos internacionales buscan soluciones para los problemas
anteriores. Entre ellas destacan la prohibición de las técnicas de pesca más
dañinas, el establecimiento de cuotas de capturas, la implantación de medidas
contra la contaminación, la firma de acuerdos pesqueros entre países, y el
fomento de la acuicultura o cría de peces, crustáceos y moluscos.
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