Tema 1: El
inicio de la Edad Moderna. Los siglos XV y XVI.
1. La Edad Moderna.
La Edad
Moderna es el período histórico comprendido entre los siglos XV y
XVIII. Sin embargo, no existe acuerdo entre los historiadores
sobre su fecha de comienzo, siendo las más aceptadas la toma de Constantinopla por los turcos (1453) o el descubrimiento
de América (1492). Su final está marcado por la Revolución
Francesa (1789).
Dentro
de la Edad Moderna se suelen establecer, a su vez, varios subperíodos con
rasgos más o menos homogéneos: el siglo
XVI, o época del Renacimiento; el siglo XVII, o época del Barroco; y el
siglo XVIII, o época de la Ilustración y el Despotismo Ilustrado.
Desde
mediados del siglo XV y durante el siglo XVI, se produjeron en Europa
transformaciones que afectaron a todos los ámbitos de la vida:
El panorama internacional cambió
debido a una serie de acontecimientos significativos:
-
La desaparición del imperio
bizantino, tras la toma de Constantinopla por los turcos en 1453,
incrementó la amenaza musulmana sobre la cristiandad occidental.
-
Los descubrimientos geográficos de
portugueses y castellanos en África,
América y Asia ampliaron el mundo conocido por los europeos. Gracias a
ellos, algunos países, como España y
Portugal, crearon extensos imperios coloniales cuyas riquezas
estimularon el comercio mundial.
-
La lucha por la hegemonía
europea enfrentó a los grandes estados; entre Portugal, Francia y
España, finalmente, se implantó la española en el siglo XVI.
-
El mundo conocido por
los europeos a principios de la Edad Moderna era muy limitado,
pues se reducía a Europa Occidental y el contorno del Mediterráneo. Más allá,
únicamente se tenían vagas referencias de reinos e imperios africanos y
asiáticos a través de viajeros medievales, como Marco Polo. Los viajes de descubrimiento permitieron el conocimiento
de otras civilizaciones e impulsaron la formación, en el siglo XVI, de
los imperios
coloniales de España y Portugal. Los
intercambios con las colonias estimularon el comercio transatlántico y
posibilitaron el conocimiento de nuevos productos.
Desde el siglo XV, el sistema feudal
y las creencias tradicionales entraron en crisis. Así, los reyes de
buena parte de Europa se impusieron sobre la nobleza y los gobiernos de
las ciudades; el comercio alcanzó una gran importancia y extensión geográfica,
y la burguesía hizo grandes fortunas. También, la Reforma protestante cuestionó
la autoridad del papado, como refleja esta crítica de las indulgencias; y los
intelectuales, impulsaron el
humanismo, la cultura laica
y el renacimiento de
la cultura y el arte de Grecia y Roma. La unidad
religiosa del occidente europeo se rompió. Esta ruptura, provocada por
la Reforma protestante, originó graves conflictos armados conocidos como
«guerras de religión».
El sistema feudal
entró en crisis. Así, los reinos feudales fueron sustituidos por el Estado moderno y las monarquías
autoritarias; la economía feudal, centrada en la posesión de la tierra,
dio paso al capitalismo comercial,
basado en la obtención de grandes capitales a través del comercio con las
colonias; y la burguesía adquirió
importancia dentro de la sociedad estamental.
La cultura medieval fue sustituida por una
nueva mentalidad, el humanismo, que centró su atención en
el ser humano y originó un nuevo estilo artístico: el Renacimiento.
2. Los descubrimientos. Causas de un proceso.
La ampliación del mundo conocido por los europeos y la
exploración de nuevos espacios geográficos se debió a diferentes causas: políticas,
económicas, científicas, técnicas, religiosas e ideológicas.
- Políticas.
Tras finalizar la conquista de la península ibérica, los reinos cristianos
peninsulares deseaban proseguir su expansión por nuevos territorios. Para
los reyes, que estaban afianzando su autoridad, las nuevas conquistas eran una oportunidad de obtener oro y
plata para financiarse; adquirir gloria personal; y demostrar su poder
frente a las instituciones medievales de la Iglesia y la Nobleza.
- Económicas.
La caída de Constantinopla en poder de los turcos (1453) había cerrado al
comercio europeo la vía tradicional de aprovisionamiento de especias, que
discurría a través de Asia. Para traerlas a Europa era necesario, por
tanto, buscar un nuevo camino. También se buscaba una nueva ruta marítima
para traer de la India y de China productos de lujo como seda y piedras
preciosas; y una ruta para acceder directamente al oro de Sudán y a otros
productos africanos apreciados, como los esclavos y el marfil del norte de
África.
- Científicas.
En esta época se difundieron libros que sostenían que la Tierra era
redonda y de dimensiones más reducidas que las reales, como la Geografía de
Ptolomeo, y el Imago Mundi del cardenal Pierre d'Ailly.
Por tanto, algunos marinos inquietos consideraron factible llegar a la
India y a China navegando por el oeste.
- Técnicas.
La navegación en el mar progresó, gracias a la generalización de la brújula y
a la mejora del astrolabio, que permitía orientarse en el mar
por la noche tomando como referencia las estrellas. El avance de la cartografía proporcionó
nuevos mapamundis y portulanos, que detallaban la localización de los
puertos y permitían a los barcos navegar sin tener la costa a la vista.
Además, en el sur de España y Portugal se construyeron nuevos
barcos, como la carabela y la nao, adaptados para aprovechar el viento
y soportar el fuerte oleaje del Atlántico gracias a sus grandes velas y
alta borda.
- Religiosas.
Los reinos peninsulares mantenían el deseo de luchar contra los infieles y
de encontrar aliados frente a ellos. A esto respondía en parte el empeño
de encontrar el legendario reino cristiano del Preste Juan, localizado en
África y rodeado de infieles. Además, existía gran interés en extender el
cristianismo por nuevas tierras.
- Ideológicas.
La mentalidad de la época promovió el afán de aventuras y de adquirir fama
y riqueza. También existía un deseo por parte de los humanistas y de los
sabios de comprobar la veracidad de los textos antiguos y de los métodos
matemáticos y astronómicos.
Desde mediados del siglo XV, el infante portugués Enrique el Navegante impulsó la
navegación y los viajes de exploración por las costas africanas. El objetivo de
Portugal era acceder al oro de Sudán y comerciar con la India, bordeando la
costa de África. La rivalidad con Castilla en esta zona se solucionó con la
firma del Tratado de Alcaçovas (1479). En él,
Portugal cedía a Castilla la conquista de Canarias y esta aceptaba que Portugal
explorase la costa africana.
En sucesivas exploraciones por la costa africana, los
portugueses ocuparon las islas Madeira,
Azores y Cabo Verde; pasaron el cabo Bojador (1431) y llegaron al golfo de Guinea (1460). Finalmente, Bartolomé Díaz dobló el cabo de Buena
Esperanza (1487), y Vasco de Gama
llegó a la India (1498). En las costas africanas y asiáticas, los portugueses
fundaron factorías y levantaron fortalezas. Desde ellas controlaron el comercio
de oro y esclavos de Sudán y monopolizaron el comercio de especias con la India
y de seda con China.
El descubrimiento de América se debió a Cristóbal Colón, un marino de posible
origen genovés. Su objetivo, basado en el convencimiento de la redondez de la
Tierra, era adentrarse en el Atlántico y llegar a la India navegando por el
oeste. Primero presentó su proyecto al rey Juan II de Portugal (1484), que lo
rechazó. Entonces, lo ofreció a los Reyes Católicos, que lo aceptaron en las Capitulaciones de Santa Fe (1492).
Colón zarpó con tres barcos desde el puerto de Palos
(Huelva), hizo escala en Canarias, y el 12 de octubre de 1492
llegó a la isla caribeña de Guanahaní (Bahamas), que bautizó como San Salvador.
Antes de regresar, reconoció las islas de Cuba y la Española y se interesó por
sus posibles riquezas.Tras volver otras tres veces al Nuevo Mundo, murió en
1506 creyendo haber llegado a las Indias, denominación dada entonces a el sur y
el sureste de Asia. Por eso, los nuevos territorios recibieron esta
denominación y sus habitantes fueron llamados indios.
3. El nacimiento del Estado moderno.
Durante la Edad Moderna, las monarquías
feudales europeas se transformaron en monarquías
autoritarias.
En ellas, el rey reforzó su poder
sobre el conjunto del reino, al imponerse
sobre la nobleza, la Iglesia y limitar la autonomía de los municipios. Esta
nueva forma de organización del Estado recibe el nombre de Estado
moderno.
En Europa, la monarquía autoritaria se
afianzó en Francia, en Inglaterra y en los reinos de la península ibérica.
Alemania e Italia, en cambio, no consiguieron crear un estado unificado.
El florentino Nicolás Maquiavelo (1469-1527)
escribió en 1513 “El Príncipe”, que pretendía ser un libro de
instrucciones para gobernantes. En él sostuvo que el fin último del gobernante
es obtener y mantener el poder, y que la «razón de estado» debía primar sobre los derechos o intereses de los
individuos. Los objetivos políticos de un gobernante se debían de hacerse
independientemente de los medios empleados. La moral quedaba así alejada de la
práctica política.
Las monarquías autoritarias se
implantaron especialmente en Inglaterra, donde los reyes de la dinastía Tudor,
como Enrique VIII, dominaron a la
nobleza; en Francia, donde los Valois, como Luis XI, acabaron
con la influencia de los duques de Aquitania, Bretaña y Borgoña; y en España,
donde Fernando de Aragón
e Isabel de Castilla tras la unión de
las dos coronas, unificaron los territorios peninsulares excepto Portugal y
controlaron los poderes del Estado.
Los reyes emplearon distintos instrumentos
para reforzar su poder:
- La unificación territorial.
Unificaron el territorio de sus estados y, en algunos casos, lo ampliaron
mediante guerras o alianzas matrimoniales.
- El control de los poderes del
Estado. Se impusieron sobre la alta nobleza; limitaron la
autonomía de los municipios, interviniendo en el nombramiento de los
cargos, y convocaron a las Cortes lo menos posible.
- La mejora de la administración.
Para conseguirla, fijaron la corte en una ciudad, que se convirtió en la
capital del estado; crearon una burocracia de funcionarios profesionales,
que ejecutaban sus órdenes; y establecieron impuestos ordinarios, que les
proporcionaban ingresos regulares sin recurrir a las Cortes. Es lo que de
denominó la centralización política de los Estados.
- La creación de un ejército
permanente. Sustituyeron las mesnadas o tropas feudales,
que solo se reunían en tiempos de guerra, por un ejército permanente
formado básicamente por mercenarios a sueldo.
- La organización de las
relaciones internacionales. Establecieron
relaciones diplomáticas con otros países. Esta diplomacia estaba
constituida por embajadores permanentes, encargados de
defender los intereses de la monarquía y de resolver pacíficamente los
conflictos; y por embajadores temporales, enviados para concertar alianzas
y tratados.
4. Transformaciones económicas y cambios sociales.
Durante los siglos XV y XVI, el crecimiento de la población europea
se vio favorecido por la mejora de las cosechas, la desaparición de la peste, y una relativa paz. No obstante, fue un crecimiento lento, debido a la elevada tasa de mortalidad
causada por las enfermedades infecciosas, el atraso de la medicina y la falta
de higiene. La tasa de natalidad fue elevadísima, por encima, en líneas
generales a la tasa de mortalidad.
La sociedad estamental
pervivió, aunque el desarrollo económico de la época la hizo más compleja.
- La nobleza
y el clero aceptaron
el aumento del poder del rey, pero continuaron siendo los estamentos
privilegiados y mantuvieron casi intactos su poder económico y sus
privilegios. Siguieron sin pagar impuesto alguno, mantuvieron su
prestigio, su poder y la mayoría de las tierras.
- La
burguesía se
enriqueció con el comercio transoceánico, los negocios y la banca. Así se
impuso sobre los demás grupos urbanos formados por pequeños artesanos, comerciantes
y asalariados. La estructura gremial siguió intacta, con maestros,
oficiales y aprendices. En algunos casos, las familias burguesas de las
grandes ciudades llegaron a ocupar un peso político determinante, en
especial en Italia, con las familias Sforza o Medici a la cabeza.
- El
campesinado continuó formando la mayoría del
estamento no privilegiado. Sus condiciones de vida mejoraron en Europa
Occidental, pues se libró de la servidumbre y trabajó en sus propias
tierras (minoría) o como asalariado de los señores (mayoría). En Europa
Oriental, en cambio, se acentuó su sujeción a la tierra y
los derechos señoriales se fortalecieron. El campesinado trabajaba la
tierra y debía pagar impuestos al rey, a los dueños de la tierra y a la
Iglesia, a quien entregaba cada año el 10 % de toda su producción
(diezmo).
El aumento de la población incrementó la
demanda de productos agrícolas y artesanales y estimuló el comercio.
- Las actividades
agrarias continuaron siendo mayoritarias. En el siglo XVI, se
vieron favorecidas por las buenas cosechas y la roturación de nuevas
tierras. Sin embargo, los métodos de trabajo apenas cambiaron, siguiéndose
una productividad baja.
- La artesanía evitó
el control de los gremios desarrollando el sistema de trabajo a domicilio. En él, el empresario
proporcionaba al campesinado las materias primas y las herramientas
necesarias para elaborar el producto en su casa, y después lo recogía y lo
comercializaba.
- El comercio, gracias a los descubrimientos geográficos, creció; diversificó sus rutas, e incorporó nuevos productos procedentes de América: tabaco, metales preciosos, maderas, esclavos, azúcar, café, etc. Además, la importancia del comercio atlántico favoreció a los puertos de Lisboa, Sevilla y el mar del Norte, frente al comercio mediterráneo centrado en los puertos italianos.
- El sistema
económico capitalista comenzó a desarrollarse. En sus inicios fue
un capitalismo comercial, es decir, basado en la acumulación
de capitales procedentes del comercio. Ahora aparecieron los primeros
bancos, oficiales y privados (Fugger, Médici); aumentó la circulación de
moneda; se simplificaron las operaciones mercantiles y bancarias (cheques,
letras de cambio, contabilidad por partida doble), y se fundaron las
primeras sociedades comerciales.
5. Cambios y conflictos religiosos. Reforma y Contrarreforma
En el siglo XVI se inició y extendió por
Europa la Reforma protestante. Se trató de un
profundo cambio en la manera de entender las relaciones de los seres humanos
con Dios sin tener que pasar por la mediación de la Iglesia Católica. Con ella se rompía la unidad religiosa de Europa
Occidental en torno a la Iglesia. Esta, como reacción, inició un proceso de
renovación espiritual conocido como Contrarreforma.
Entre 1524 y 1697, las diferencias
religiosas provocaron varios conflictos en Europa conocidos como «guerras de
religión». En el siglo xvi, las más destacadas fueron, en Francia, la guerra
entre católicos y hugonotes (1562-1598); en el imperio alemán, la guerra de los
campesinos (1524-1525) y la de Esmalcalda (1546-1547); y en los Países Bajos,
la guerra de los Ochenta Años (1568-1648.
Las causas de esta ruptura fueron:
- El desprestigio
del papado y del clero. La Iglesia católica romana era
muy poderosa en Europa. Sin embargo, en opinión de mucha gente, los papas
se ocupaban sobre todo de sus intereses terrenales; los obispos vivían de
forma lujosa y no residían en sus diócesis; el bajo clero carecía de
preparación, no predicaba y no daba ejemplo de moralidad; y muchas órdenes
religiosas no seguían la regla.
- Los
abusos de la Iglesia. Entre ellos se encontraban
el nepotismo, o favoritismo del alto clero por sus familiares
para ocupar los altos cargos eclesiásticos; el nicolaísmo, o
amancebamiento (solo se dedicaban a comer y a no hacer nada) de muchos clérigos; y la simonía,
o venta de cargos eclesiásticos. El Papa, los obispos y los cardenales
vendían también el perdón de los pecados a quien comprara un documento
de indulgencia.
La reforma protestante.
La reforma luterana
El movimiento renovador se inició en
Alemania, donde el monje agustino Martín Lutero rechazó la venta de
indulgencias ordenada por el papa León X
con el fin de pagar las obras del Vaticano. En 1517, expuso las “95 tesis”
contra ellas y contra ciertos aspectos de la doctrina católica. Como respuesta,
el papa condenó y excomulgó a Lutero, en 1521.
La doctrina luterana se basa en la
justificación por la fe y la libre interpretación de la Biblia. Además, Lutero
rechazó la infalibilidad del papa, aceptó dos únicos sacramentos (el Bautismo y
la Eucaristía), suprimió el culto a la Virgen y a los santos, el sacerdocio
universal (Sin curas) y simplificó la liturgia. La doctrina se difundió
rápidamente por algunos estados alemanes y por el centro y el norte de Europa
debido a que muchos señores aprovecharon esta doctrina para obtener más
libertad y poder contra la autoridad del emperador Carlos V.
La reforma calvinista
La doctrina calvinista fue predicada
por Juan
Calvino desde 1536 en Ginebra (Suiza). Se basa en la
creencia en la predestinación, según la cual, las personas están destinadas por
Dios a salvarse o a condenarse al margen de sus acciones. Su doctrina tuvo gran
éxito entre la burguesía de los Países
Bajos, Suiza, Escocia, Francia e Inglaterra. En estos dos últimos países,
los calvinistas fueron llamados hugonotes y puritanos, respectivamente.
La reforma anglicana
La doctrina anglicana surgió en
Inglaterra, donde el rey Enrique VIII rechazó la obediencia al papa por
negarse a concederle el divorcio de su esposa, Catalina de Aragón. Después, en
1534, se proclamó cabeza de la Iglesia
de Inglaterra. En un principio, esta doctrina fue muy similar a la
católica, y solo con posterioridad adquirió rasgos propios.
La Contrareforma.
Para
frenar la expansión de la Reforma protestante, la Iglesia católica
emprendió su propia reforma, conocida como Contrarreforma. Sus principales
instrumentos fueron dos:
- El
Concilio de Trento (1545-1563). Convocado
por el papa Paulo III, definió la doctrina católica y la difundió
mediante catecismos: las buenas
obras son necesarias para salvarse; solo la Iglesia puede interpretar la Biblia;
el papa es infalible; los sacramentos son siete; los santos y la Virgen reciben culto,
etc. También se dictaron normas para frenar el desprestigio del clero,
como la obligación de los obispos de residir en sus diócesis; y se impulsó
la creación de seminarios para formar a los sacerdotes, entre otras
medidas.
- La
Compañía de Jesús. Fundada por Ignacio de Loyola en 1540, fue un importante apoyo de la Contrarreforma.
Sus miembros hacían un voto especial de obediencia al papa, tenían una
sólida formación teológica y se dedicaron a la predicación y la educación.
6. El humanismo. La nueva visión del ser humano
En el siglo XV surgió en Italia el
humanismo, un movimiento intelectual que supuso un cambio de
mentalidad respecto a la época medieval que ponía al ser humano
a la misma altura que Dios. Este movimiento se basó en el racionalismo y en la resurrección de los valores de la antigüedad
clásica (Grecia y Roma). Su desarrollo y difusión fue facilitado por la
invención de la imprenta.
La imprenta es un medio de reproducción
mecánica y en serie de textos. Fue ideada hacia 1448 por
Gutemberg, un orfebre alemán que perfeccionó las antiguas
técnicas chinas de impresión al utilizar una prensa móvil de metal para cada
letra, que así podía volver a utilizarse. Gracias a la imprenta, se incrementó
la producción de libros, el papel sustituyó al pergamino, y los contenidos se
adaptaron a los gustos de los crecientes lectores.
Sus rasgos básicos fueron dos:
- La
Antigüedad clásica se tomó como modelo. Por ello,
las obras filosóficas, literarias, científicas y artísticas griegas y
romanas se estudiaron, se difundieron y sirvieron de inspiración.
- El ser
humano ocupó el centro del mundo. Frente a la época medieval
en la que el centro de la vida era Dios (teocentrismo), los humanistas o
intelectuales exaltaron valores humanos como la libertad y la razón (antropocentrismo). También defendieron
los valores del mundo clásico, el individualismo, la búsqueda de honores
terrenales, el éxito, la fama, el prestigio y el poder.
El humanismo fue un movimiento complejo
que impregnó todos los ámbitos de la vida. Por ello, en su seno se pueden
distinguir varias corrientes:
- Literaria, política y filosófica. Se dedicó
a traducir y comentar escritos clásicos, utilizando los textos originales.
En ella, destacaron los italianos Pico della Mirandola, Erasmo de Rotterdam y Nicolás Maquiavelo.
- Religiosa. Pretendió conjugar la
admiración por los pensadores antiguos con el mensaje del evangelio.
Estuvo representada por el holandés Erasmo de Rotterdam y
el inglés Tomás Moro, creador de la primera sociedad igualitaria,
la utopía.
- Científica. Intentó
explicar los fenómenos de la naturaleza usando la razón, la observación y
la experimentación. Sus figuras principales fueron Nicolás Copérnico,
que formuló la teoría heliocéntrica; y los médicos Paracelso y AndrésVesalio que
renovaron la medicina.
Las ideas humanistas se difundieron por
toda Europa entre los siglos XV y XVI. A ello contribuyeron los viajes realizados
por los humanistas, que permitieron el intercambio de ideas entre los
intelectuales de distintos países; la fundación de academias, donde
se difundió la cultura clásica; y la invención de la imprenta, que
multiplicó y abarató la producción de libros. Este ambiente favoreció la
trasmisión de ideas por toda Europa y el desarrollo de universidades como
Oxford, Cambrige, Colonia, Sorbona (París), Alcalá de Henares y Salamanca.
7. El Renacimiento en Italia.
El Renacimiento fue el estilo artístico
que aplicó las ideas humanistas al campo del arte. Surgió en Italia en el siglo XV (Quattrocento), y se extendió por el
resto de Europa en el siglo XVI (Cinquecento).El arte renacentista dio nuevamente importancia a
la figura humana y a sus proporciones. El canon ideal
de las proporciones volverá a ser el módulo de las 8 cabezas, y la altura ideal
total será igual a la longitud de los brazos extendidos. Esta última fue
recogida por Leonardo da Vinci en su Hombre de Vitrubio.
Las características básicas del
Renacimiento son las siguientes:
- El modelo
artístico fue la Antigüedad clásica.
Por eso, los artistas se basaron en los materiales y formas estilísticas de
los autores griegos y romanos.
- El
arte se inspiró en la
naturaleza, e intentó representar fielmente la realidad.
Para ello, recurrió a veces a métodos matemáticos, como los módulos para
calcular las proporciones; y la
perspectiva lineal para
representar la profundidad.
- Se
recuperó el antropocentrismo. Los
edificios se hicieron a escala humana, y el ser humano fue el protagonista
de esculturas y pinturas en las que se buscó la belleza ideal, la serenidad
y el equilibrio.
- Los
artistasmejoraron
su consideración social. Muchos destacaron en varias disciplinas,
firmaron sus obras, y fueron apoyados por ricos mecenas, como
los Médici en Florencia y los papas en Roma.
La arquitectura
Los arquitectos se inspiraron en los modelos clásicos; emplearon
la piedra como material; y utilizaron los órdenes griegos y romanos
(Dórico Jónico,
Corintio, Toscano y Compuesto), los arcos semicirculares, y
las cubiertas planas o abovedadas. Los edificios más destacados
fueron las iglesias, con planta de cruz latina o centralizada; y los palacios, con
varios pisos horizontales y puertas y ventanas rematadas en frontones.
- En el siglo XV, la cuna del
nuevo estilo fue la ciudad de Florencia.
En esta ciudad, Filippo Brunelleschi inauguró el Renacimiento
con la cúpula de la catedral de
Florencia. Después, creó los modelos de iglesia y palacio
renacentistas (iglesia de San
Lorenzo y palacio Pitti). También destacó León B. Alberti,
autor de la fachada de la iglesia de Santa María Novella y del palacio
Rucellai.
- En el siglo XVI, el centro
de la arquitectura italiana se trasladó a Roma,
donde los papas impulsaron un gran número de construcciones. Destacan San Pietro in Montorio y la basílica
de San Pedro del Vaticano, diseñada por Bramante y
continuada por otros arquitectos, entre ellos Miguel Ángel, creador de la cúpula de San Pedro
de Roma.
Escultura y pintura.
Por influencia clásica, los escultores y
pintores se interesaron por el cuerpo
humano desnudo, la belleza
ideal, y las composiciones
simétricas y equilibradas. Sus temas preferidos fueron los religiosos, la naturaleza, los temas mitológicos
y los retratos. Los escultores y pintores del Renacimiento buscaron la belleza ideal, que
consideraron resultado de la armonía
y de la proporción. Para ello,
volvieron al concepto clásico de
canon, que establecía las proporciones de la figura humana a través de
un módulo o unidad de medida.
Los escultores del siglo XV más destacados
fueron Ghiberti,
por los relieves que decoran las Puertas del Paraíso, en
el baptisterio de la catedral de Florencia; y Donatello, por
esculturas como David, San Jorge, y el Condotiero Gattamelata, la
primera estatua ecuestre que se hacía en Italia desde época romana.
Los pintores más
prestigiosos del período fueron Masaccio, muy interesado por la
perspectiva en obras como la Trinidad y El pago del
tributo; y Boticelli, autor de obras mitológicas llenas de
movimiento, como La Primavera y el Nacimiento de
Venus.
El escultor por
excelencia del siglo XVI fue Miguel Ángel, que realizó obras en mármol
de gran fuerza y perfección anatómica. Entre ellas, David, Moisés, varias piedades
y las tumbas de los Médicis.
Los pintores del siglo
XVI fueron considerados por sus contemporáneos como los grandes
maestros:
- Leonado da
Vinci (1452-1519)
realizó pocas obras, pero de gran calidad. Su gran aportación fue la
técnica del sfumatto , aplicada en obras
como La Sagrada Cena, la Gioconda y la Virgen de
las Rocas.
- Miguel
Ángel (1475-1564),
como pintor mostró gran interés por el desnudo, el movimiento, la variedad
de posiciones, el dibujo y la representación del volumen. Su principal
obra es el conjunto de frescos que decoran la Capilla Sixtina, en el
Vaticano: el techo, con escenas del Antiguo Testamento; y el muro frontal,
con el Juicio Final.
- Rafael (1483-1520)
alcanzó una gran perfección en el dibujo, en el color y en las
composiciones. Sus principales obras son la Escuela de
Atenas, situada en una de las estancias vaticanas que decoró al
fresco; numerosos retratos, y cuadros de Vírgenes con el Niño
8. El Renacimiento fuera de Italia.
En los Países Bajos, la manifestación
artística más significativa de la época fue
la pintura. Se desarrolló principalmente en las ciudades de Gante y Brujas, donde existía una
poderosa burguesía enriquecida que encargó numerosas obras de arte
para decorar sus casas.
La
escuela flamenca,
cuyos pintores se conocen como «primitivos flamencos», tuvo rasgos propios. Los
principales fueron la introducción de la técnica del óleo, que
consiste en disolver los colores en aceite de linaza. Con ello, los cuadros
adquieren un colorido brillante y una gran luminosidad, es posible realizar
transparencias, y las pinturas ganan en detallismo. Realizaron obras muy
naturalistas, con influencia de la naturaleza y con predominio de la temática
religiosa y de retratos.
Los hermanos Van Eyck fueron los
iniciadores de la escuela, con el políptico de la Adoración del Cordero
Místico. Uno de ellos, Jan
Van Eyck realizó también excelentes retratos, como El
matrimonio Arnolfini.
Otros pintores destacados de la escuela
fueron Roger
Van der Weyden, que introdujo la expresión de los sentimientos
en obras como el Descendimiento y Cristo crucificado
con la Virgen y San Juan; y El Bosco, que criticó y caricaturizó la
sociedad de su época a través de imágenes y seres fantásticos, como en el Jardín
de las Delicias y Las tentaciones de San Antonio Abad.
El arte del Renacimiento italiano se
extendió por Europa durante el siglo XVI. Muchos reyes y nobles llamaron a sus
cortes a artistas italianos o compraron obras de arte italianas que sirvieron
de modelo a los artistas. Además, algunos artistas europeos acudieron a Italia
para formarse y, a su vuelta, introdujeron el nuevo estilo en sus países.
- En Alemania,
la figura más importante fue el pintor Alberto Durero, que también
fue un gran dibujante y grabador. Sus obras más destacadas son sus propios
autorretratos y Adán y Eva.
- En Francia,
el Renacimiento se impuso durante el reinado de Francisco I, que construyó
numerosos castillos-palacio a lo largo del valle del Loira, como el
de Chambord.